07 Jul TALLER: ¿ERES ADICTO A LAS PREOCUPACIONES?
¿Te has sorprendido en algún momento dándole vueltas al mismo tema una y otra vez? ¿Cuántas veces te has quedado atrapado en un pensamiento negativo o doloroso? ¿Alguna vez sientes dolor de cabeza de tanto pensar e intentar solucionar todos y cada uno de tus problemas?
Nos preocupamos por infinidad de cosas: la salud, la familia, el trabajo, los hijos, la pareja. Es algo que la mayoría de las personas hacemos con cierta frecuencia, más del 38% de las personas se preocupan al menos una vez al día (Tallis, Davey y Cappuzo, 1994). Es un mecanismo útil y necesario que nos ayuda a sobrevivir, a tomar decisiones y resolver problemas. Sin embargo, en otras ocasiones estas preocupaciones nos bloquean, aparecen reiteradamente, con gran intensidad y son casi imposibles de controlar, por lo que originan un gran malestar emocional.
CUANDO PREOCUPARSE SE CONVIERTE EN UN PROBLEMA
La preocupación forma parte de la vida, nadie podría afirmar que nunca se preocupa por algún evento estresante. Sin embargo, cuando una persona comienza a preocuparse excesivamente dichas preocupaciones se vuelven más frecuentes, intensas, persistentes y no son proporcionales a la magnitud de la situación que se anticipa de una manera negativa.
La persona que se preocupa excesivamente pretende evitar cualquier acontecimiento negativo planteándose escenarios hipotéticos (“¿y si…?”, “¿Qué pasaría si…?”) para así tener previstas las posibles soluciones. Pero ante la incertidumbre que conlleva no poder resolver estas dudas con seguridad sienten que es imposible controlar la situación. Por ello, se mantienen en alerta y en constante búsqueda de la salida, lo que resulta agotador física y emocionalmente, y, además, aumenta nuestros niveles de ansiedad.
La preocupación no siempre es mala y nuestro objetivo nunca podrá ser que desaparezca. Es importante entender que existe una gran diferencia entre la preocupación que nos enfoca a la acción ante un problema y la que nos hace percibir el mundo de una forma hostil y solo sirve para anticipar amenazas.
Es muy diferente preocuparse por algo concreto que depende de nosotros que imaginar las peores situaciones. Por ejemplo, en una entrevista de trabajo no es lo mismo la preocupación que nos lleva a presentar un buen currículum o pensar en preguntas técnicas que nos pudieran hacer etc., que la que nos hace plantearnos preguntas como “ ¿y si tengo un accidente y no llego?”, “¿y si no le gusta mi corte de pelo?”…
En el segundo caso la preocupación NO es útil, se están creando pensamientos dañinos que alejan a la persona de conseguir su objetivo, se magnifican las amenazas y la probabilidad de que ocurra algo negativo. Este hecho genera la sensación de incontrolabilidad y un estado emocional desagradable, pudiendo desarrollarse un trastorno de ansiedad.
Las preocupación excesiva, si bien puede variar de una persona a otra, se caracterizan por generar respuestas en dos niveles.
Psicológicas:
- Pensamientos incontrolables, cuesta mucho pararlos.
- Aparecen en gran cantidad, se tiende a ir saltando de preocupación en preocupación.
- Son catastróficos, suelen plantearse los peores escenarios posibles.
- Preocupación anticipada, se prevén situaciones que quizás nunca ocurran y se exagera su probabilidad.
Físicas:
- Fatiga y sensación de cansancio.
- Dificultad para concentrarse.
- Irritabilidad.
- Problemas de sueño.
- Dolores musculares.
- Cefaleas.
- Aumento del ritmo cardíaco y respiración.
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¿A QUIÉN VA DIRIGIDO EL TALLER?
Es un taller de gestión emocional con contenidos básicos dirigido a aquellas personas que quieran dejar de sentir que las preocupaciones controlan su día a día, que viven tensas y en alerta constante. Este hábito que parecía protegerlos se ha vuelto un problema e interfiere en su calidad de vida.
La preocupación excesiva es una estrategia que se ha aprendido para afrontar las dificultades de la vida, pero actualmente origina malestar y por eso, es hora de desaprender lo aprendido y comenzar a ver la vida desde una perspectiva más realista.
El 91% de las preocupaciones de las personas no se hacen realidad.
CONTENIDOS:
- ¿Cuándo preocuparse comienza a ser un problema?
- Entiende por qué aparecen las preocupaciones y sus trampas.
- Preocupaciones, emociones y ansiedad. ¿Cómo se relacionan?
- Ejercicios para controlar las preocupaciones excesivas e ineficaces.
Es natural preocuparse, pero si todos los días inviertes demasiado tiempo en los mismos pensamientos y no puedes controlarlo, entonces te estás preocupando demasiado.